Tus piel descalza que
yo besaría con timidez, tus pequeñas manos de curar heridas, tus labios de amor
y besos, tus mejillas rosadas y tu espalda llena de constelaciones poéticas que
recitaría una a una con mis manos.
No hay nada que pueda
añadir al listado de excusas desnumeradas con las que he construido este deseo
de ti. Hay algo de hermoso en lo cotidiano de esperarte, de leerte, de
pensarte.
Mi valentía cubierta
de vergüenza, estas letras subrayando tu nombre, el sueño de poder tenerte
aquí, entre palabras y besos al fin mía aunque ajena, como antes, como ahora.
En sueños no soy tan
atrevido, porque siempre despierto antes de besarte. Y así camino en esta
alfombra a la que le falta tu ropa y una cortina de humo que combine. Y sólo
aquí se escribe sin vergüenza, con ganas incluso cuando el amor se haga, o nos
haga, porque entonces tendrá sentido todo o nada. Una mala jugada en la que se
gana y nos haga libres en secreto. Incluso podríamos perdonarnos todo aquello
que no nos hicimos, sin estar asustados por lo que no perdimos. Que quizá tu
risa conmigo sea el único camino porque ¿con qué metáfora podría definirte? Tus
ojos de poesía y tu sonrisa de paisaje. ¿Cómo podría imaginarme a alguien como
tú? Qué va. Mis sueños eran más pequeños. No existe ningún pasado al qué
regresar, no éramos nosotros, lo que cuenta es tú y yo, ahora. Contándonos
historias parecidas e involucradas debajo de una sábana esperando que el
huracán que lleva tu amor de mujer me empuje hacia ti para terminar viendo el
cielo juntos, sin más remedio que aceptar esa tormenta de alegrías mientras mi
mano viajera y dudosa descanse en tus piernas extrayendo de ti esa salvaje
ternura. Testigos fugaces y disfrazados de todos los detalles que no nos ha
dado la vida y que no hemos olvidado. Poder pintar a detalle tu voz y sentirte
como bálsamo a tantas cosas, a tanto tiempo. Escondida entre el viento,
desnuda, hermosa y mía.
Quiero tener menos
porqués para andar en el presente, proponerte la admiración de estas letras y
que amanezcas sobre mi pecho, sin sed, sin fobias, sin miedo a conocer otros
lugares de alegría descubierta por ambos.
Escrito por:
Luis Manuel "Manu" Fernández.
@IronManuMK17
No hay comentarios.:
Publicar un comentario