Nota: La presente
historia es una línea alterna entre los cuentos «Delirio de castración» y «La gran
C» que puedes encontrar en este mismo blog.
[…]
Tomó el cúter que estaba en mi escritorio y el muy cabrón que se corta la
verga, debiste verlo… de hecho, qué bueno que no lo viste, me dejó bien
perturbado. Todo fue muy rápido, nadie vio nada, sólo estábamos presentes los
guardias de seguridad y yo. Se chingó a Campos, no mames, estaba a punto de
jubilarse; me cuesta creer que eso paso hace un par de horas y me pesa saber lo
que sigue: procesos de entrevistas con los ministeriales, investigaciones,
juicios, notas periodísticas, multas, se viene todo un desmadrito y todo porque
el muy pendejo no soportaba el peso del rol masculino dentro de la sociedad;
ahora que trae un hoyo entre las piernas a ver si no le pesa el estigma del rol
homosexual y se termina arrancando los pechos.
Aunque,
hasta cierto punto, no eran las etiquetas sociales su verdadero problema, sino
la reacción que éstas tenía en su individualidad; no recuerdo todo lo que dijo,
pero pude entender que el deseo de la libido nublaba algún tipo de inspiración,
pero el puto deseo no tiene nada que ver con lo social ¿o sí? digo es algo que
le compete más a la biología; de no ser así ¿Quién o qué construye nuestras
pasiones?... también mencionó algo sobre la búsqueda del amor y como la máxima
felicidad es encontrar a una persona especial, por otro lado si dejamos que
nuestra vida se moldee a partir de tratar de ser “Dioses folladores” cómo es
posible encontrar a “la persona indicada”, eso es una contradicción ¿no? nunca
podríamos encontrar a una persona indicada porque el primer filtro de búsqueda
sería a partir de nuestros instintos sexuales, es como una puta broma; por una
parte nos venden la idea de “La media naranja” y por otra nos dictan que un
verdadero hombre debe actuar como un “conquistador” y poseer todo lo que esté a
su alcance, tierras, prestigio, poder, mujeres. Pareciera que la vida se ha
encargado de dictarnos cuales son los mejores placeres y después sacar una serie
de reglas para prohibirlos. En un mundo que piensa que lo más importante es
crear, producir y vender, el amar no es una imposición bobalina creada por los
programas juveniles para vender playeras con los rostros estampados de alguna
estrella momentánea; en un mundo como éste, amar es una forma de resistencia,
reír es una forma de resistencia, gritar es una forma de resistencia, llorar es
una forma de resistir. Dime tú, cuándo fue la última vez que amaste de verdad,
que gritaste sin tapujos o lloraste sin vergüenza, que hiciste lo que te pego en
gana sin recibir algún tipo de reprenda, ya sea por parte de otra persona o del
consciente mismo. Yo te lo diré, nunca lo has hecho porque no somos más que
marionetas tratando de sobrevivir en una jungla de la cual somos el animal más
débil, somos la mosca que sigue golpeándose contra el cristal cada que trata de
salir ¿A quién deberíamos culpar de todas las bajedades a las que nos impulsan?
¿A quién debemos culpar de convertirnos en máquinas dispuestas a obedecer sin
que se nos permita cuestionar el proceso? ¿A quién debemos culpar de la
castración de un hombre que no pedía más que un espacio sin que lo estuvieran
chingado? ¡Dime! ¡contéstame, tú eres el psicólogo del hospital! El experto
detrás de las grandes incógnitas del pensamiento ¿Es una mala broma la vida o
no lo es? ¡Carajo!
El
doctor palmea fuertemente el escritorio que está frente a él, al mismo tiempo
da un manotazo a todos los objetos y toma el cúter que encuentra entre el
papeleo; lo coloca sobre su cuello mientras, con un bosquejo de sonrisa entre
sus labios temblorosos, mira al psicólogo que se encuentra impávido.
Sabes
una cosa, ese cabrón sin paquete, tiene toda la razón, aunque pienso que se
cortó la cabeza equivocada… ¿Por qué
habría de existir? Se pregunta mi Yo con escéptica repulsión.
El
doctor entierra el cúter en la carótida y avanza el corte hasta la mitad del cuello; su cuerpo se desvanece antes de poder cortar completamente la cabeza,
el consultorio es un lienzo sanguinolento y el psicólogo, aterrado , se ha
convertido en algo que asemeja a un fantasma.
Muy buenas noches (…) nos encontramos
fuera del hospital (…) en donde un suceso impresionante se suscitó (…)la
policía ha ocultado toda la información hasta el momento, pero algunas fuentes
afirman que el Doctor (…) ha cometido suicidio mientras se encontraba en
terapia, la cual le fue proporcionada luego de haber presenciado uno de los
actos más confusos e inquietantes de los últimos (…) el comandante (…) asegura que habrá una rueda
de prensa dentro de algunas horas. Seguiremos pendientes a esta trágica historia.
Volvemos contigo (…).
Escrito Por: Dassir (@grafemas)
Autor del retrato: Alejando Fuentes.