domingo, 26 de julio de 2015

PENSAMIENTOS Y DIALOGOS DE UNA RUTINA



SEIS TREINTA DE LA MAÑANA
¿Qué habrá de desayunar? Se terminó el café en polvo, de eso sí me acuerdo. No quiero ir a la tienda por café soluble.  Recuerdo que hay un poco de manzanilla, me haré un té. Mi teléfono, ¿Dónde está? Espero que esa llamada sea de mi jefe avisándome que ya me depositó todo lo que me debe; una semana completa: Buen día hermano; sí, claro, mañana nos vemos a las seis, para ver al editor. No te preocupes, saludos y abrazos.

>>esta mañana el volcán amaneció con mucha actividad. Arrojó material incandescente durante la madrugada y podemos apreciar una columna de humo y vapor que los expertos aseguran que es de más de kilómetro y medio. Sigue la alerta y el semáforo se mantiene en naranja. Ese es mi reporte, regresamos con ustedes al estudio. <<


Tengo que pasar  en limpio mis archivos, los presento mañana a edición. Espero que los aprueben. No quiero empezar de cero una vez más. No recuerdo si el pantalón azul está limpio. Me hace falta uno más, solo tengo dos, si mis amigos supieran eso me acabarían con sus burlas. ¡Vaya! Le faltó un poco de azúcar a mi té de manzanilla; que bueno que pasé por pan anoche. Que estará haciendo ella, ayer no la vi, creo que no fue a la reunión semestral.  Tanto tiempo ha pasado y solo me conformo con verla de vez en cuando. Tantos años y en tan poco tiempo han pasado tantas cosas. Un día más que no la olvido. ¿Cómo estará su bebe? ¿Cómo estará ella? Es temprano, me da tiempo de salir a correr, ¿Dónde estarán mis audífonos? Ya me acordé,  los dejé en el pantalón azul, eso quiere decir que está sucio, maldición, me pondré el gris. Dejaré mis audífonos.
EN EL TRAYECTO

Va a llover temprano, se va a inundar otra vez la calle si llueve por más de dos horas. Detesto julio solamente por sus aguaceros. Aunque cumplo años el 28, espero que nadie se acuerde, me molesta que me escriban mensajes de felicitaciones, de qué me sirven. 


>>Lea usted la noticia en su periódico “el veraz” macabro descubrimiento en infonavit el fresnillo, madre soltera se quedó sin trabajo y desesperada asfixia a su hija de nueve meses y después se quita la vida. Tenemos las fotografías. << 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        
Desgraciados periodistas, no venden la noticia sino el morbo. Qué es eso de fotografiar cadáveres.  Pobre bebé. En qué cabeza cabe matar a tu propia hija solo porque se pierde el empleo. Es verdad que la crisis  es peor cada día, pero no es posible tomar una decisión eterna para un problema pasajero. Nueve meses, el bebé de ella tiene casi la misma edad. ¿Qué estará haciendo a esta hora? ¿Se acordará de mí después de tanto tiempo? Aunque sea de vez en cuando, pero estoy seguro que sí lo hace; así estaremos toda la vida, solo recordándonos. Algún día nos encontraremos, tal vez de viejos, tal vez de jóvenes, tendremos mil años y después una eternidad. El mundo es pequeño comparado con la coincidencia.


DESPUES DEL TRABAJO



Al fin las cinco, en treinta minutos es la hora de salir.  Me muero de hambre, espero que doña Carmen aun tenga algo de comida, no quiero pedir pizza.  Me dio bien tiempo de ordenar y pasar en limpio  todos mis archivos, mañana se los llevo al editor.  Me merezco una cerveza. ¿Qué estará haciendo Abiram? Sí, bueno... oye, ¿Tienes tiempo de tomarte una cerveza conmigo? Que bien, nos vemos en la Cuauhtémoc, donde siempre.
        — ¿Y ahora qué celebramos?
     Pues que al fin terminé de pasar  en limpio mis documentos  y mañana se los presento al editor.
     Te felicito mi hermano,  te deseo mucha suerte en este proyecto.
     Sabes bien que no creo en la suerte. No es mi dios. Pero te la paso.
     No te ha fallado la computadora, eso es bueno.
     En ocasiones me falla la mente, como que no quiere producir historias. Me estuve acordando de la secundaria, hasta que encontré una idea eslabón y de allí escribí algo bueno, espero que el editor piense lo mismo.
     Ahorita que mencionaste la secundaria ¿te acuerdas de Luis Espargo?
     Como no, si me buleó los primeros meses.
     Anoche se pegó un tiro por la boca
     ¿Espargo?
     Su novia lo dejó y fue hasta la casa de ella, en Zaragoza, y frente a su puerta se disparó. ¡Que estúpido!
     ¿Que estará pasando en esta ciudad que en lo que va del año ya son siete los que se suicidan?  Es un lugar pequeño para tantas concurrencias de ese tipo. Mañana el periódico va a  sacar una novela mal redactada  de esta noticia.
     Tenlo por seguro que no va a ser así, don Benito compró el silencio del director del periódico. Ya sabes como es su papá.
     Pero su dinero no le alcanza para cerrar internet. Todo se sabe por las redes.
     Hoy entregaban el cuerpo. Mañana  a las nueve es el sepelio.  

POR LA NOCHE

Parecía un buen día por la mañana, a pesar del aguacero y la calle inundada. Mañana iré aunque sea un rato al funeral. Que espíritu tan débil el de esas personas que se suicidan, o qué valor al tomar acciones tan rápido, no sé. ¿Qué pensaran?, ¿Qué pasará por su mente en esos instantes? Luis Espargo, por una mujer te mataste. Comprendo tu dolor, aunque jamás pensé hacer semejante estupidez, bueno, de cualquier manera ya no sientes nada, tal vez eso deseabas. Mañana a las seis, es una hora importante para mí y para mi hermano Edén,  espero que no llueva. Me pondré el traje negro y si llueve, la gabardina; no me agrada mucho, pero ya estoy acostumbrado. ¡Oh Dios! La cerveza  me relajó muy bien; un baño con agua tibia y dormiré hasta mañana sin despertar. ¿Qué hora es? Las 8:30. a esta hora enciende la tv y se pone a verla hasta que terminan las noticias. Parece que la estoy viendo, con su cabeza inclinada un poco a un lado porque no escucha muy bien del oído izquierdo. ¿Seguirá leyendo “el diario de Ana Frank”? ¿Ya lo habrá terminado? Esa costumbre suya de leer y encender la tv, nunca la comprendí. Si aún acostumbra eso, jamás terminara de leer ese librito. ¿Se preguntará ella que estoy haciendo yo? ¿Se imaginará que estoy pensando en ella?... Maldición, se me olvidó comprar café. Si supiera que compro la misma marca que ella, solo para alimentar la rutina y no dejar de existir.

ESCRITO POR: Víctor López (@viktor_reader)


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domingo, 12 de julio de 2015

DOMINGO DE FÚTBOL (VICTIMA DE UNA PUBLICIDAD CADUCA))

Hoy me tomé una cerveza, no tiene nada de malo, además era la hora de la comida. 
Después me quedé dormido en el sofá; en la televisión no habia mas que fútbol, México vs Honduras, 
que aprovechados, pensé,  ya quiero ver que le metan seis goles a Estados Unidos, como en su último partido contra Cuba. No sé si México ganó o perdió, o como dicen los fanáticos no sé si ganamos o perdimos. ¿Ganamos o perdimos? pero si yo no jugué, ya sé, ya sé, es una expresión que no solo abarca solidaridad y patriotismo, también implica el orgullo de tener a un grupo de personas defendiendo el nombre de tu nación, como si de defender la soberanía se tratara. No voy a negarlo, sí he usado esa expresión (ganamos) pero no con el mismo significado implícito, tal vez solo por la inercia de la emoción colectiva. Me pregunto qué pensarán mis amigos españoles al ver la euforia de los fanaticos mexicanos, o qué pensarán los alemanes, o cualquier otra nación que al menos tenga la victoria en su historia de una copa mundial, en realidad no tengo la mínima idea. Cuando mexiquito iba con el segundo gol, miré a la mesa de centro y habia doce botellas vacías de cerveza. ¿Pero cómo?, si solo me he tomado un vacito. ¿Estaré tan borracho que ya no me acuerdo?; me levanté del sillón y me puse a brincar en un pie, no, no estoy borracho. En realidad me preocupé porque yo jamás me he embriagado, y con doce botellas era para que al menos ya estuviera fulminado, meado, y quizá balbuceando tonteria y media, o lo más probable, en un hospital internado por congestión alcóholica.  Estaba realmente confundido cuando los comentaristas gritaron con euforia: ¡gooooooooool! habia caído el tercero de mexiquito (la selección mexicana) me senté a ver la repetición, ese gol fue digno, lo reconozco y acepto. Seguí viendo el partido, pero comencé a divagar en pensamientos de mis amigos, el trabajo, la familia, hasta que caí otra vez en el tema de las botellas vacías de cerveza. Doce cervezas y sigo como si nada, doce cervezas es mucho;  a ver, si cada botella tiene 355 ml de cerveza, en total suman 4 litros con 260 ml. es demasiado alcohol en mis venas. ¡Un momento!, ¿Cómo hice tan rápido esta multiplicación si soy pésimo para las matemáticas? algo anda mal, esto debe ser un sueño, estoy seguro de eso. Sin pensar más me subí a la azotea y una vez allá dije; si es un sueño antes de estrellarme en el piso tengo que despertar, porque si mal no recuerdo, si muero en un sueño muero en la vida real, el cuerpo siempre despierta, el mismo cuerpo se encargara de avisarme. Así que sin más ni menos me aventé, eran como diez metros de altura y a mitad de vuelo pensé: ¿y si no es un seño? demasiado tarde. Cuando toqué el suelo todo se volvió negro y comencé a quejarme, no a gritos pero sí eran quejidos audibles, un intenso dolor en mi cabeza y una oscuridad me confundieron, no era una oscuridad total, podia ver una luz dispersa y tenue entrar por las cortinas de una puerta. Con los quejidos llegó una enfermera malmodienta y con mala cara. ¿Qué tiene? me preguntó.  ay, ay enfermera, fue mala idea aventarme de la azotea. ¿Aventarse de la azotea?, está usted loco. me replicó. Usted llegó a este hospital por intoxicación alcóholica. Tuvo usted una pesadilla, es lo más seguro. ¿Una pesadilla? ¿Intoxicación alcóholica? entonces sí me tomé las doce cervezas, pero si me tomé todas esas cervezas no pudo ser un sueño solamente. La enfermera se fue y no me dio más detalles, aunque estoy seguro que no sabía mucho, no me quedó de otra que tratar de hacer memoria, pero que dificil era recordar con ese intenso dolor de cabeza. Por cierto, ¿Ganamos o perdimos ante Honduras? alli caí en la razón. Claro, que tonto soy, todo fue un sueño. Me dí cuenta de que era un sueño con las matemáticas, pero ¿Cuándo comencé a soñar? era obvio, todo comenzó en el segundo renglón, después del primer punto y coma, es decir, cuando comencé a ver la televisión. ¿Que por qué estoy seguro de eso? sencillo, porque no tengo televisión. Tampoco me tomé las doce cervezas, la enfermera dijo "intoxicación", no "congestión alcóholica". Solo me tomé una, pero jamás me fijé que estaba caducada.

lunes, 6 de julio de 2015

CHARCOS DE LA MEMORIA


La tormenta había pasado, pero la calma no llegaba. Quedaba de rezago un sutil viento. Se escuchaba el crujir de las ramas de un árbol cerca, ese sonido expresaba muy bien el estado emocional que quedaba en mí después de cada tormenta, como un quejido de angustia que se esfumaba al errar de las horas, pero en lugar de calma dejaba nostalgia. Esa noche estuve despierto hasta las tres de la madrugada, el sueño se escapó y los recuerdos entraron a través de mis parpados. Así llegan siempre y es inútil cerrar los ojos, porque son fantasmas que atraviesan piel y hueso para después materializarse en el estado coloidal de la memoria. Yo ignoraba todo, porque al cerrar los ojos todo deja de existir, la materia misma se esfuma, el sonido se convierte en eco hasta que desaparece, nada existe porque la realidad misma se desvanece. Entonces me volví conciencia en un intento desesperado de arreglar el universo, o de regresarlo a su materia prima; la oscuridad,  y al menos de ese modo convencer a la mente de que al abrir los ojos todo se volvería a organizar y cada cosa retomaría su lugar en el espacio-tiempo, en el universo; el café hirviendo en la estufa, el libro abierto en la misma página, el silencio inmóvil dentro del vacío del alma, sin embargo consciente estaba de que algo relacionado con los sentimientos había cambiado, como si se hubiera reparado algo roto y tan perfecta hubiera sido la reparación que ni se notaban las fisuras, estaba muy convencido de ese hálito de esencia de calma, pues el placebo de la meditación me hacia percibir un rastro de dolor como figuras metafóricas. La comodidad del cuerpo me decía que me encontraba a salvo, durmiendo en mi cama, era placentera aquella sensación tibia. Pero de repente  desperté y el  crujir de ramas y aquel sutil viento que me llegaban como murmullos, se convirtieron en un séquito de truenos ensordecedores al darme cuenta que no estaba en la seguridad de mi departamento, sino caminando a mitad del parque. Empecé a caer en un espiral emocional insondable, que afectó a mi oído interno y me provocó un vértigo terrible que me hizo sentarme en el quicio del andador, me llevé las manos a la cara, cerrando los ojos y perdiéndome en la oscuridad. Al incorporarme otra vez miré al piso, en ese instante que abrí los ojos vi mi reflejo en un charco de agua, pero tan afectado estaba que por un momento pensé que el verdadero yo era el de aquel reflejo, pues se veía todo alterado de la realidad, borroso por las minúsculas ondas que provocaba el viento en el agua. Me sentí un objeto de observación, como un conejillo de Indias siendo observado por mi mismo a través de la ventana que aquel charco de agua abría en el suelo. Recuerdo que una persona me miró y cambió de dirección su camino, me esquivó pensando que yo estaba borracho o drogado, tal vez loco, por la condición de mi mirada. Recapacité y volví a ubicar las dimensiones de mi realidad, todo volvió a su sitio; los columpios a mi derecha, las ardillas brincoteando de rama en rama en los viejos encinos, hasta reconocí la brisa que pasaba por allí y dejé que entrara en mis narices en forma de un recuerdo hondo de respiro. Era el "yo" real, sentado en el quicio para evitar un desmayo. Volví a mirar mi reflejo, tomé  fuerzas suficientes y pensé de un grito:



¡Que escándalo! Haces una tormenta en un charco de agua ¡Ya Olvídala!


me quedé inmóvil, totalmente petrificado, mi reflejo movió los labios, lo vi claramente. Dijo las mismas palabras, al mismo tiempo que yo las pensaba.








Escrito por: Víctor López (@viktor_reader)