Hoy buscas en mí un amigo
que haga un poco por que alcances lo que anhelas,
un amigo sería yo si te
apoyara contra todo lo demás.
A un amigo tu dicha le
haría feliz, aunque esta te llevara lejos
y te fueras más allá de
donde yo te habría podido acompañar.
No me pidas ser tu amigo porque
hay cosas en mí que este día no entiendo,
por ejemplo: que no puedo
ser ese alguien que piensa en la comprensión,
y esta solo me daría
tranquilidad si a la vez tú me comprendieras,
esta tarde que me hace
abrazarte fuerte cuando me dices adiós.
Un amigo te diría que
todo marcha mientras se muerde los labios
y por ti no extrañaría
cada fin de año los días que no volverás.
Un amigo dejaría de
hablar de cosas que sabe que te harán falta
para hablarte de lo que
hay más adelante, aunque yo me quede atrás.
Sé que siempre fiel
contigo me tuviste a cada instante de tu vida,
alguien que lo daba todo
sin pedirte ni siquiera la verdad.
Siempre tuviste este
cómplice que vino sin que le necesitaras,
porque concebía el mundo
desde tus ojos, y ellos me querían mirar.
No me pidas ser tu amigo
cuando me dejas saber que ya te marchas,
no soy tan civilizado
para comprender sabiendo que te vas.
Para ti seré aquel que
hoy lo pierde todo porque no supo escucharte,
que para mí solo seré un
extraño en paz que nunca te dejó de amar,
que para mí solo seré un
extraño en paz que nunca te dejó de amar…
AUTOR: Fernando Delgadillo
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