3:42 AM. Es de madrugada y no puedo dormir, a pesar del
cansancio que tengo mi mente se reúsa a poder descansar. Las ideas me pesan y
los sentimientos me piden a gritos que los deje volcarse en palabras, café y
cigarros.
Y entonces aquí me encuentro con mi soledad en toda su
excelencia y con todo su exceso. Estoy intentando ir al grano, dejar escapar
esto y nada más y entonces empieza el problema, la razón y el sentimiento se
juntan.
¿Qué sigue después del prólogo? Sigue que intentas contar tu
historia y sobre todo piensas, estúpidamente, que los demás van a entender y lo
peor es que los demás piensan que entendieron y te comprenden, te felicitan por
la historia más triste que puedas escribir pero no es la historia lo que les
gusta sino la forma en que la adornas para que no de pena. Esa forma de estar
buscando palabras, momentos, hechos, sentimientos, razones y dejar de lado el
sentimiento que de verdad quieres expresar. Sentir el asco propio de tus ideas,
buscas tapar la propia miseria y sentir la siempre bondadosa búsqueda de
crecimiento, el gracioso deseo de existir y ser parte y testigo de lo que
sientes.
¿De qué me sirve el tiempo si vivo en la eternidad del
pasado? sólo hay dos caminos: la facilidad del alarido o la maceración del
sarcasmo porque mi dolor es tan hondo que no lo puedo tratar con la irrisoria
terapia de la vociferación. ¿Cínico? ¿Pesimista? ¿Depresivo? Quizá, pero a mi
manera.
Nunca he podido ver a esta puta vida de mierda con buenos
ojos. Prefiero escribir a hablar con las personas, prefiero la soledad de mis
pensamientos a una plática vacía con alguno de esos imbéciles que se hacen
llamar tus amigos y hablando de amistad, debo decir que para cumplirla
satisfactoriamente, hace falta gran habilidad; si se practica con torpeza,
pueden sobrevenir las más imprevistas y deplorables consecuencias. Hace mucho
tiempo, un hombre perdió la vida con un amigo.
¿De verdad todo es tan malo en mi vida? Si. Al menos, lo es para mí, al
final a mí me importa una chingada lo que ustedes piensen y ya que entré en ese
tema podría decir, por experiencia, que mucha gente me ha dicho que soy un buen
amigo…Pobres ilusos, de seguro es porque casi no hablo de mí y ellos me cuentan
toda su estúpida vida de color rosa y no los culpo, igual y en el fondo me
cuentan su mierda porque saben que no me importa. Simplemente les deseo la
muerte a aquellas personas que te dan consejos sin que tú se los hayas pedido.
Podría detenerme aquí y decir que todo esto es solo el
coraje que tengo hacia ciertas cosas, actitudes o personas porque a decir
verdad tengo una mínima cantidad de verdaderos amigos, sin embargo detenerme a
pensar de buena fe es una alternativa no preferible ya que puede resultar de
una amenidad salutífera. En fin, así soy yo; el que no tiene favores que otorgar.
Desprovisto de fortuna, amigo incondicional de la verdad y el sentido común.
Estoy realmente cansado, pero un cansancio de costumbre o de
resignación. Estos sentimientos me están matando poco a poco y en cada palabra.
De verdad quisiera poder encontrar ese amor que perdí, intenté recuperar, y
volví a perder. Quisiera de verdad volver a sentir lo que es el amor y así
conseguir la paz, la perspectiva de la muerte y una esperanza segura del
infierno. Y eso es lo que cansa, el hecho de saber que las cosas han sido así y
probablemente así serán porque es mejor encontrar un camino que vaya de donde
estás cansado hacia dónde eres inútil para los demás…¿Alguien se anima a
explicar en qué difiere esto?
¡Qué miserables deben ser mis ojos al hacerme ver las cosas como
son y no como se supone deberían ser!
Estoy dispuesto a soportar todo lo que venga con una humilde
y callada compostura…. Mientras maduro un plan de venganza.
Estoy demasiado cansado para seguir escribiendo, observo
como el cigarro se consume y el humo flota, lo tiro al suelo y lo apago y
entonces mientras exhalo pienso: ¿Qué diferencia existe entre ese cigarrillo y
mi vida?
Escrito por: Luis Manuel "Manu" Fdez.
@IronManuMK17
@IronManuMK17
No hay comentarios.:
Publicar un comentario