Caminando
en el inframundo, descubriendo la esencia de mi vida, comprendí el tiempo que
no he aprovechado, lo encontré oculto en barro de mi origen, en el Tepox de mi
destino.
Deseó
con certeza abrir mis neuronas al energético poder del Tlashiua. Alimentarme en
el espesor de las habilidades del pulque; los cráneos de mis abuelos y
sapiencia de mis Tlatoanis.
No
tengo miedo a los tiempos nuevos, sólo tengo la esperanza de ser presa del
espíritu holográfico que ilumina a los disímiles coconis.
Autor: Hijo del último
pájaro serpiente que se oculta en los chilacayotes.
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