martes, 25 de noviembre de 2014

GRAFEMAS DE UN DIVAGUE



“Mira la luz inmortal que nace todos los días bajo el horizonte; y descubre ahí mi mirada amorosa”…

Se borra lo anterior, se escribe luego:

“Viejo lugar de callejuelas llenas de angustias ¿A dónde fueron tus sollozos jamás escuchados?”

Ya inspiro alguna vez alguna poesía…

Abandono por un momento el teclado, poso mi mirada sobre la nada. Siento que al final todo ha sido contado. ¿Por qué escribir? ¿Acaso será la penuria de sentir esa oquedad interna que no puede ser cubierta con nada, pues el rio de emociones que emana es más fuerte y nos obliga a externar aquello que guardamos?... Vuelvo la mirada, ni siquiera sé cuánto tiempo desgaste viendo al vacío, pero puedo darme cuenta de que no he resuelto ni un carajo…

Quiero escribir, pero no sé qué. Tengo mil palabras dando vueltas en mi cabeza y ninguna se atreve a deslizarse hacia el papel. ¡Lo tengo! Contaré una historia sobre un crimen, que a su vez, contenga un amor de verano y a un obsesivo padre (de moralidad alta) empedernido en conservar su estatus social; el cual se verá manchado por el homicidio que cometerá en contra de su propia hija por accidente… pero que aburrido. Mejor una analogía de un asesinato en el que cada palabra escrita sea una puñalada del lapicero a la hoja de papel en blanco… No. Mejor una historia de amor, de un amor trágico, de esos amores que siempre gustan porque nos acercan a los ojos aquello que se encuentra lejos de nuestros labios. Los protagonistas deben ser un hombre y una mujer que vivan en colonias separadas por su condición socioeconómica… tal vez deban ser dos hombres, no, eso puede resultar muy ‘Choteado’; mejor dos mujeres o quizá tres… pero cuanta pendejada ya he pensado y aún no he escrito nada.

Tal vez, digo, si la palabra me lo permite, deba empezar por el nombre. Al fin y al cabo a muchos les funciona bautizar primero su obra y después construirla. “Soneto de una fragancia a medio respirar”, pero que tarugada, demasiado hípster. Podría sonar arriesgado pero el título “¿Qué son los espermas sino almas en pene?” siempre me ha parecido bueno para dar inicio a una historia. Me gustaría saber qué pensarían las feministas si leyeran un texto intitulado “hombres no hablemos de la menstruación, eso es machista, la menstruación es suya” seguro se cagan sobre mí… “Historia de un verso jamás contado” ese podría ser, finalmente es algo que ni siquiera sé que debe ser o cómo debe contarse, es más, ni siquiera hay verso…



Debo confesar que después de mucho batallar, tengo la historia a contar; simplemente tuve que vaciar la mente; poner los ojos cual médium y esperar a que un espíritu se poseyera de mí para garabatear el boceto de la historia; sin embargo, al haber transcurrido varias horas y lograr concretizar las ideas, volteé a redactar y me encontré con una sorpresa. Las letras se habían sublevado y pusieron en estado de huelga a mi vieja máquina de escribir… hay una frase plasmada en negritas sobre la hoja que está en el sujetapapel, que dice: “Ni un tecleo más, letras unidas en contra de la explotación textual” ...Creo que aquí termina mi historia…



Escrito por: Emir Dassaet Zarate Acevedo (@Dassir1)



1 comentario:

  1. ¿Emir? ¿El sociólogo de la BUAP?
    Wuao! Admito estar sorprendida de tales pensamientos inconclusos compartidos. Pero qué es una buena historia sino el mero hecho de expresar lo que se le viene a uno en gana. =D

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