jueves, 21 de mayo de 2015

SINCRETISMO MENTAL.





Cierro la puerta y comienza el navío por la angustia soledad, descubro que es un encuentro conmigo mismo, con el ardor de mis sueños y cenizas de leña verde cortadas hace 23 años.

Arreglo la cortina de la ventana para evitar rayos de luz que puedan interrumpir el rito del sacrificio, dos fortunas en coalición,  una del infierno mortal llena de caricias y placer inolvidable, más una de pureza viviente y gracia contemplativa.

Enciendo el primer cebo del axomiate e inhalo su fresco placer, después el cebo almixclado; comienzo a sudar, termino con las jacarandas y el viaje comienza...

Me encuentro en la vida del holocausto donde la comida y el agua nacen de la tierra, las bestias y los hombres se rinden a mis pies, basta con imaginar el deseo, el mana comienza a florecer, basta con acariciar mi cuerpo y el placer no se puede detener.

Despierto de inmediato, los cebos se han terminado, las jacarandas son cenizas, solo quedan los tepalcates y las ramas de encino.

Respiro, enciendo los encinos, mi cuerpo se llena de luz, las paredes cambian de color, el piso desaparece, es como la teoría del caos. Mi cuerpo explota y sólo  queda mi espíritu, respiro nuevamente, me lleno de plenitud y sabiduría. Ahora comprendo la incapacidad del amor, nada duele, las acciones no dan vuelta en mi cerebro, llegan a mí los pensamientos de todas las mentes y corazones impuros.

Estoy constituido por materia que no es de este mundo, ni de otros, la actividad de vivir en mí no aplica, tampoco se denomina existir, no soy luz ni oscuridad, soy inteligencia y emoción, soy actividad y manjar, soy EF.

Escrito por: Psicólogo. Ramiro Tepox.








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