- Buenas tardes doctor.
- Buenas… ¿qué puedo
hacer por usted?
- Necesito que por favor
corte mis genitales.
- ¿Disculpe?
- Si. Quirúrgicamente por
favor. Miembro y testículos.
- ¿Có-cómo?, ¿Como en
cambio de sexo?, ¿Es eso lo que quiere… un cambio de sexo?
- No. Sólo deseo remover
esos órganos.
- ¿Pe-pero por qué?
- Me estorban.
- Eh… yo… emm… disculpe
amigo pero me va a tener que explicar esto más detalladamente…
- ¿Por qué?
- ¿Cómo que por qué? Pues
porque no puedo simplemente castrar a alguien así sin más señor. No es una
decisión que se tome a la ligera… mire, ¿qué pasará si lo hago y usted se
arrepiente un tiempo después? Ya no podré reconectarlo dado que habré desechado
sus genitales.
- Estoy consciente de
ello. Aun así, estoy bastante seguro de mi decisión. Necesito quitármelos de
encima. No aguanto más…
- ¿Qué es lo que no
aguanta?
- …
- Mire, para mí tampoco
es fácil lidiar con una petición de ésta naturaleza. Sólo necesito comprender.
Tal vez logremos encontrar una solución alterna a su problema. Yo puedo ayudarle.
- … Escuche, simplemente
no quiero seguir sufriendo de este deseo perpetuo que debo andar cargando entre
las piernas. Me estorba.
- ¿Qué…? Amm… ¿eso es
todo? ¿Ese es su problema? ¿No ha intentado con la masturbación? Ya sabe,
ponerse cómodo, buscar una buena porno y pasar un buen rato…
- No quiero masturbarme
sólo para encontrarme ansioso otra vez a los 5 minutos de haber… terminado.
Estoy harto.
- Búsquese una novia
entonces. Páguese una puta. Qué sé yo… ¡Por dios! Lo que me pide es simplemente
ridículo.
- (Suspira exasperado)
Escuche… ni quiero ni necesito pareja ni mucho menos tengo el tiempo, dinero,
paciencia ni gusto por contratar putas. Tengo demasiadas cosas que hacer como
para que algo tan… tan bloqueador como el deseo sexual me cuadricule la vida… ¡Joder
que no es tan difícil de entender! … Ok, usted gana, sólo le pido que me quite
el pene. Deje los testículos.
- ¡Pero es que esto no
funciona así carajo! ¡Entienda por favor! La castración quirúrgica no disminuirá
su libido ni mucho menos la química…
- ¿Hay química? Da igual.
No tengo intenciones de pasar mi vida atado a medicamentos.
(Se soba las sienes en
actitud de notable cansancio).
- …
- … La castración sólo
empeorará su estado…
- …
- Váyase. Me niego a ser
partícipe de ésta… está… aberración.
- Si no lo hace usted…
- ¿¡Si no lo hago qué…!?
(Golpe seco al escritorio y se levanta de su silla) ¿¡Buscará a alguien más!? ¿¡Es
ese un intento de amenaza!? ¡Porque le juro que…!
- (Interrumpiendo) Lo haré
yo mismo.
- (Ojos abiertos como
platos. Mirada de desbordado desconcierto).
- ¿Qué… carajos… está mal
con usted amigo?
- ¿Quiere que le diga?
¿Qué le cuente todo…? Ok, aquí voy. Más le valdrá sentarse…
- (Vuelve con lentitud al
asiento detrás de su escritorio).
- ¿Sabe lo que es vivir
en un lugar donde lo más importante para la gente es la “búsqueda del amor”?
¿Dónde el máximo de la felicidad es encontrar a esa persona especial a la que
le brindemos y que nos brinde amor incondicional? Vamos… ¿Sabe lo que es sentir
la presión de una sociedad en la que lo máximo a lo que uno puede aspirar es a
ser el último jodido dios follador del mundo? ¿Qué te consideren marica por ser
un solitario… por no tener pareja… por no joder cada día de cada semana de cada
mes y más y más? ¿Sabe lo que es eso? Claro que lo sabe. Si no de facto, sí de
vista. La responsabilidad de convertirse en un
amante experto hasta el punto de trastornar la hermosa espontaneidad del
acto sexual en el mero cumplimiento de una serie de reglas, como si de seguir
un manual se tratase… buscar el vulgar desahogo en lugar de redescubrir en cada
encuentro la divinidad de la experiencia conyugal… No… eso no es para mí… el
deseo me consume, me bloquea, me nubla el juicio, la creatividad, la
imaginación, la inspiración... no… esa mierda yo no la aguanto… no la quiero…
NO – LA - ¡NECESITO! ¡Quítela por el amor de dios! ¡Le juro que si no lo hace
usted yo mismo me arrancaré el puto paquete y lo arrojaré bien lejos para que
todos los que (comienza a desabrochar su cinturón)… me joden al respecto…
corran tras él… Y… se peleen por… él y se lo traguen como mejor les...!
- ¡Carajo hombre! ¿¡Qué
hace!? ¡SEGURIDAD!
(Seguridad entra, sujeta
y forcejea con el hombre, que grita y patalea).
- ¡Déjenme cabrones!
¡Déjenme que me voy a arrancar el jodido paquete! ¡Déjenme joder!
(Da un codazo en el
rostro a uno de los guardias y, brazo libre, le es fácil someter al segundo,
estampando su frente contra el filo del escritorio. La sangre escurre y gotea
del mismo. El doctor ha saltado de su silla y apoya la espalda contra la pared
en un gesto de atroz horror).
- (Jadeando y con la
respiración entrecortada) Va a ser por la mala entonces doc…
(Camina atropelladamente
hacia el área de consulta. Hace un desastre. Arroja objetos y tira de cajones
en busca de algo filoso. Termina por encontrar un “cutter”).
- Oh por dios… ¡Oh por
dios no! ¡No lo haga por el amor de dios…!
- A la mierda con todo… ¡A
la mierda con esto!
- ¡NO! ¡ESPER…!
(Un abundante salpicón de
sangre brota del miembro en erección y salpica el rostro pálido y horrorizado
del doctor, quien suelta un grito desgarrador y se desploma al piso, desmayado.
Afuera, en la sala de espera, alcanzan a llegar los gritos desesperados del
sujeto que, en el consultorio, se mutila los genitales dando un sólo tajo,
furioso y preciso a la entrepierna).
- … Li- listo… (Lo dice
con un bosquejo de sonrisa entre los labios temblorosos)… Estoy fuera carajo…
finalmente soy libre (ha dejado caer el cutter y lo que dice lo dice
sosteniendo los restos frente a su rostro de mirada cansada y perdida. Los
arroja y termina por desmayarse. El consultorio es un lienzo sanguinolento).
…
En otras noticias, el recluso (…), quien fuese apresado el pasado día (…) del mes
de (…) por el ataque y consecuente homicidio del guardia de seguridad (…) en el
hospital (…) en su brutal y, por desgracia, exitoso intento de automutilación,
ha logrado no sólo reducir la sentencia de treinta años con que fuese condenado
inicialmente, a sólo quince, sino que también ha logrado la primera venta del
lote completo de óleos que comenzara a producir no bien se hallase en
condiciones de sostener el pincel, ello tras recuperar la salud e ingresar a la
prisión estatal de (…). Las críticas han sido favorables y se espera continúe
cosechando éxitos en los próximos meses. En lo que respecta a su condición de
“eunuco”, cabe destacar que sigue un tratamiento de medicamentos catalogados
como castrantes químicos que, al parecer, le ha dado buenos resultados…
Volvemos contigo (…).
FIN
ESCRITO POR: Jim Osvaldo
Marín Acevedo (@Capitanjms)
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