NIÑA HERMOSA

¿Niña de dónde vienes? ¿Acaso de la ladera? Te he buscado y la hierba me ha dicho que dormitabas en ella.

La rama del árbol me confesó que se movía cuando respirabas, pero tarde llegué y no he podido mirarte.

¿De dónde vienes mi niña? ¿Acaso de la pedrera? Si en ese rio me he bañado y esencia de ti no hallé.

Una pomarrosa que bajó con la corriente me dijo que te vio correr, libre y soberana por los potreros y las veredas de otros sueños ansiosos de tenerte.

¿No son mis patios grandes para que corras en libertad? ¿No es mi casa un refugio amplio para protegerte de salteadores? 

A prisa mi niña hermosa, contesta y di a mis oídos lo que mi instinto ya sabe. Di que estas enamorada y mañana, o quizás esta tarde, te veré partir.

Tantos años de cuidarte y en una puesta de sol te habré de perder. Que injustos son los senderos de estos tiempos de desazón.

¿A quién clamaré por ti? ¿A quién más sino a mi Dios? ¿En brazos de quien te veré después de que los míos te arrullaron? ¿En besos de quién dormirás si los míos, en tu amanecer, te despertaron?

Ahora que sé su nombre no puedo más que bendecirlo y explicarle que es mi vida la que se lleva contigo.

No llores más mujer, a no ser que sea de alegría, pues aquella niña que crecimos, hoy se enamoró por primera vez. 

Escrito por: Víctor López (@viktor_reader)