domingo, 5 de abril de 2015
SI BEMOL
Posa sus manos sobre el teclado del piano, manos suaves, delicadas y llenas de caricias. Manos de mujer que juegan a una sutil forma de seducción.
La mano derecha una octava arriba del Do central, la izquierda en un acorde de Fa mayor y entre suspiros una melodía de Ludovico Einaudi. La escucho y es como si amaneciera, la música nos transporta a otro plano y no hablamos, no hace falta.
Me mira, y me dice que lo intente, así que coloco mis manos en el piano y empiezo la melodía...Error, comienzo de nuevo y me detengo en el tercer acorde, ella me mira extrañada y con una sonrisa; -Suenan las teclas del piano, pero nunca tu voz-Le digo-
Ella baja la mirada y yo la contemplo en el silencio que marca el inicio de un beso, y con el beso la despedida.
Nos miramos muy de cerca jugando al cíclope, así como Cortázar jugaba en el capítulo 7 de su rayuela, siento sus labios tibios y tímidos, sus manos suaves y dudosas y el palpitar acelerado de mi corazón.
Digo su nombre una, cien, mil veces y en cada una es eterno, acaricio su cabello buscando con mi mano la línea de su mejilla que me lleve a la gloria de sus labios una y otra vez. Me deshago en su mirada y la luz tenue de sus ojos. Intento explicarlo con palabras y ella niega con la cabeza, me lleva de nuevo al piano y en ese momento, al sonar un Si Bemol, me doy cuenta que la melodía acabó y empezó algo más íntimo.
Algo que me gusta llamar: "Nosotros"
Escrito Por:
Luis Manuel "Manu" Fernández
@IronManuMK17
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